Mostrando las entradas con la etiqueta #Psicologia. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta #Psicologia. Mostrar todas las entradas

martes, 15 de julio de 2014

RESISTIR Y RESURGIR: Atributos y conductas resilientes

Diana Nayeli Sánchez Mejía
Psicoterapeuta
14/07/2014 


Quien tiene coraje y confianza no zozobrará jamás en la angustia
Ana Frank

A menudo resulta asombroso y admirable darnos cuenta del cómo las personas vencen, transforman en una ventaja, encuentran un estímulo para su desarrollo personal y social o salen fortalecidas frente condiciones severamente adversas que parecen casi imposibles de superar en algún momento de su vida.

Para caracterizar a aquellas personas que, a pesar de nacer y vivir en condiciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanas y socialmente exitosas, las ciencias sociales han adoptado el término de resiliencia ¿Qué es?

La resiliencia es la “capacidad humana para enfrentar, sobreponerse y ser fortalecido o transformado por experiencias de adversidad” (Edith Grotberg, 1997, citada por Melillo & Suárez, 2003). De este modo la resiliencia refuerza los factores protectores y reduce la vulnerabilidad frente a las situaciones riesgosas.

Factores de riesgo
Se denomina así a cualquier rasgo, característica o exposición de una persona que aumente su probabilidad de sufrir una enfermedad o lesión por ciertas desventajas en las áreas personal, familiar, social o situacional. En su mayoría, estos factores de relacionan con situaciones de pérdida, cambio o vulnerabilidad, que generan inestabilidad en el entorno de la persona, así como en su estado psicológico y emocional. (Organización Mundial de la Salud, 2014)

Factores de protección
Son aquellos que brindan resguardo y neutralizan el riesgo debido a las condiciones y entornos capaces de favorecer el desarrollo y, en muchos casos, de contrarrestar los efectos de circunstancias desfavorables o de conductas de riesgo.


Factores de resiliencia
Son aquellos que permiten enfrentar el riesgo gracias a una asociación positiva de ciertos atributos de la persona, tales como: la estima y confianza personal, el adecuado manejo de las emociones y de los impulsos, la autonomía, el sentido del humor, la empatía, la capacidad de comprensión y análisis de las situaciones, cierta competencia cognitiva, y la capacidad de atención y concentración.

También se han encontrado condiciones del medio ambiente social y familiar que favorecen la posibilidad para desarrollar estos factores, como son: la seguridad de un afecto recibido por encima de todas las circunstancias y no condicionado a las conductas ni a ningún otro aspecto de la persona, las relaciones de aceptación incondicional, y la extensión de redes informales de apoyo.
 
En la infancia, dichos factores se ven reforzados por la influencia positiva del medio familiar y el apoyo de otras personas adultas significativas. Según Loesel (1992) “los niños [y las niñas] resilientes suelen vivir en un clima educacional abierto y con límites claros; cuentan con modelos sociales que motivan el enfrentamiento constructivo, comparten responsabilidades sociales y se ven estimulados[as]  por la existencia de expectativas de logros realistas por parte de las personas adultas” (citado por Munist, y otros, 1998).


Dado el proceso continuo de desarrollo de la persona y la interacción dinámica de factores, la resiliencia nunca es un atributo permanente ni estable, tienen variaciones de acuerdo con las circunstancias del entorno y el momento.

Yo te invito a vivir de una forma resiliente siguiendo este modelo que propone Edith Grotberg (1995) para caracterizar a una persona resiliente. Comienza por identificar las condiciones que posees dentro de una situación específica completando las siguientes propuestas: “Yo tengo…”, “Yo soy…”, “Yo estoy…”, “Yo puedo…”. De esta forma aparecerán distintos factores de protección y resiliencia que te podrán permitir cambiar, si no la situación, la percepción sobre la misma, y en consecuencia la posibilidad de evaluarla  desde una perspectiva más realista y constructiva. (citada por Munist, y otros, 1998).

REFERENCIAS

Melillo, A., & Suárez, E. (2003). Resiliencia: Descubriendo las propias fortalezas. Buenos Aires: Paidos.
Munist, M., Santos, H., Kotliarenco, M., Suárez Ojeda, E., Infante, F., & Grotberg, E. (Septiembre de 1998). Manual de identificación y promoción de la resiliencia en niños y adolescentes. (O. P. Salud, Ed.) Obtenido de http://publicaciones.ops.org.ar/publicaciones/piezas%20comunicacionales/cdresiliencia/Resilman.pdf

Organización Mundial de la Salud. (Junio de 2014). Factores de riesgo. Obtenido de OMS 2014: http://www.who.int/topics/risk_factors/es/

Diana Nayeli Sánchez Mejía
Psicoterapeuta
www.centroliber.com